
Como comúnmente se piensa, hablar bien solamente significa articular de manera correcta las palabras. Y sí, este es uno de los aspectos que nos ayudarán a mejorar la manera en la que comunicamos , pero no lo es todo.
Las personas pueden comprendernos, estar atentos y tener ganas de escuchar más, como también pueden no captar lo que están oyendo, actuar con indiferencia, y marginarnos.
Tener una buena relación con nuestro cuerpo y mente, conocer nuestra voz, capacitarnos, y hasta, alimentarnos bien, son factores que tienen la capacidad de influir positivamente en nuestra voz, y hasta, en nuestra forma de hablar.
¿Te gusta tu voz? ¿te sientes satisfecho/a con ella?
¿Sabías que a una gran cantidad de personas en el mundo, aunque no lo creas, no le gusta su voz?, ya sea por el tono, timbre, acento…Todos tenemos un tipo de voz ÚNICA por naturaleza, y en el camino pueden haber cambios en ella. Influye el entorno en el que vivimos, lo que pienses de ti, tu relación con los demás, experiencias personales, largas jornadas de trabajo donde debemos hablarle a una gran cantidad de alumnos en una sala (causando muchas veces afonía por un mal uso de la voz), el hecho de forzar la voz para que suene diferente, y muchos otros factores que hacen que nuestra voz se vea beneficiada o perjudicada.
Ten en cuenta que siempre podemos aprender, y confiar en nosotros mismos. Hay factores externos de los que no podemos tener control, pero hay otros de los que sí podemos hacernos responsables. Además, no todos somos aficionados del mundo de la voz para saber sacarle provecho o entrenarla, pero si tienes la intención de mejorarla, puedes aprender a hacerlo.
¡Comencemos! Dirígete a las publicaciones de tu interés. Aunque recuerda, el conocimiento siempre será valioso para tu vida.